El renacer de un pueblo: Latinoamérica

Algo ha cambiado en América Latina. El pasado 4 de enero Evo Morales se presentaba en La Moncloa, ni más ni menos que el centro político español, para recibir a Zapatero con un jersey de lana a rayas. Lo hacía como presidente de Bolivia y esto le otorga, aún más méritos. El jersey de lana es una anécdote, pero el ascenso al poder del primer indígena en un país latinoamericano es algo más. Algo está cambiando, como decía, en Latinoamérica. Tras la senda que abrió Castro hace ya décadas, le han seguido recientemente Chávez y Evo, y amenazan con acompañarles otros líderes de raíz socialista dispuestos a ampliar el llamado “frente antiimperialista”. Bachelet en Chile o López Obradors en México pueden ser los próximos en levantar sus voces contra el vecino imperialista. Se produce así uno de estos milagros históricos que no abundan, pero que llenan de esperanza para mirara al futuro: tras décadas de sometimiento a dictaduras derechistas impuestas por Estados Unidos, el pueblo latinoamericano decide democráticamente volver a construir des del socialismo y levantarse contra la opresión del imperio norteamericano.

En Estados Unidos, a pesar de ello y por el momento, no se muestran preocupados. Bush mira hacia otra parte aunque sigue de cerca los movimientos de los líderes que forman el bloque antiimperialista. Castro no preocupa: es ya ese “viejo” tozudo que se obstina en seguir en su Revolución del 59 pero que es incapaz ya de deteriorar la administración estadounidense. Evo supone un gran peligro, no para Estados Unidos solamente, sino también para las grandes empresas extranjeras que operan en su país, pues amenaza con nacionalizar las reservas de gas boliviano i empezar una cultura de “socios” y no de “patrones”. Chávez, en cambio, sí es el gran enemigo de Estados Unidos, el talón de Aquiles de Bush. Con una política agresiva contra el capitalismo neoliberal que estados Unidos siembra en el mundo, y en particular a Latinoamérica, Chávez se ha erguido como el líder, junto a Castro, del frente contra Bush. Castro se mantiene como líder espiritual al lado del que supone una fuerza nueva en una también nueva concepción del pueblo latinoamericano.

Más allá de estrategias políticas algo es más importante: Latinoamérica vuelve a soñar con la libertad. Ha luchado por ella des de que en 1492 los expoliadores españoles arrasaran sus vidas y su cultura. El frente antiimperialista de Chávez, castro y Evo es, también, el frente anticolonialista de un pueblo que decide, por fin, luchar por mantener sus raízes. El genocidio a diferentes niveles que se ha llevado a término en Latinoamérica no tiene precedentes, como tampoco el caso omiso que los organismos internacionales han hecho a este abuso de poder de estados Unidos. La Unión Europea tampoco ha ayudado a poner fin a tales excesos, pero la voluntad democrático de un pueblo que sueña ha mirado hacia el horizonte para trazar, sobre una línea roja, sus ambiciones de paz, justicia y libertad.