Venecia sin ti
Yo que siempre he derramado mis lágrimas en viejas hojas de poesía, yo que siempre he preferido ahogar el dolor en la literatura, con el tiempo he podido percibir lo triste que puede llegar a ser Bécquer sin ti, lo agónico que resulta Sartre sin ti, lo crudo que se muestra Bracht sin ti... Y quizás porque la literatura, solamente, se ha convertido en mi dolor, todo lo demás me ha parecido intrascendente, invisible. Lo ajeno se ha convertido, de pronto, en accesorio. Ya nada importa porque ya nada es, y solo la literatura puede resarcir el espíritu que llora, solo las letras pueden abarcar cuánto sufrimiento encierra mi yo.
Pero repentinamente ese todo y nada que me rodea se ha relativizado. La tristeza inunda ahora un espacio más amplio de mí, y ya no es lo ajeno aquello que se muestra invisible, sino yo, Todo menos yo tiene la capacidad de sentir, llorar, gritar, amar... Sólo yo carezco de esa fibra sensible, quizás porque esté muerto por dentro. Y en ese antaño nada y ahora todo que absorve cuánto siento e ignoro, he descubierto un paisaje nuevo, una ciudad que se ha convertido en el almacén de mis sueños rotos.
Y esta noche he descubierto, por primera vez, cuán triste es Venecia sin ti, cuán andrajosos los gondoleros, cuán negros los canales, cuán deshojadas sus palomas. Aunque todo es triste sin tus ojos, esta ciudad que no conozco más que en sueños, me desdibuja tu ausencia con un inhumano dolor. Quizás Venecia sea tan triste sin ti porque igual que tu, Venecia se me muestra aún demasiado lejos, porque no la he habitado nunca. ¡Y cuán trsite es Venecia sin ti!
Pero repentinamente ese todo y nada que me rodea se ha relativizado. La tristeza inunda ahora un espacio más amplio de mí, y ya no es lo ajeno aquello que se muestra invisible, sino yo, Todo menos yo tiene la capacidad de sentir, llorar, gritar, amar... Sólo yo carezco de esa fibra sensible, quizás porque esté muerto por dentro. Y en ese antaño nada y ahora todo que absorve cuánto siento e ignoro, he descubierto un paisaje nuevo, una ciudad que se ha convertido en el almacén de mis sueños rotos.
Y esta noche he descubierto, por primera vez, cuán triste es Venecia sin ti, cuán andrajosos los gondoleros, cuán negros los canales, cuán deshojadas sus palomas. Aunque todo es triste sin tus ojos, esta ciudad que no conozco más que en sueños, me desdibuja tu ausencia con un inhumano dolor. Quizás Venecia sea tan triste sin ti porque igual que tu, Venecia se me muestra aún demasiado lejos, porque no la he habitado nunca. ¡Y cuán trsite es Venecia sin ti!
0 comentarios